Piva (Gaita de origen italiano)
La Piva nace alrededor del 1200 en los Apeninos tosco-emilianos; su nombre procede de una danza homónima, de carácter alegre, que se desarrolló en la misma zona
geográfica y que se bailaba sobre todo en las bodas y durante las fiestas en general. Al principio la Piva era tocada por músicos ambulantes, los cuales animaban con sus melodías las fiestas populares que se celebraban en las calles y plazas de los barrios; este instrumento se estuvo utilizando desde la Edad Media hasta el Renacimiento; fue justo en esta época que se convirtió de instrumento de la calle a instrumento de Corte. De hecho los músicos renacentistas están al servicio de la Corte y su tarea principal es la de entretener con su música a los invitados en fiestas y banquetes que se celebran en los palacios reales. La Piva pertenece a la familia de las gaitas, y entonces está formado por: un odre(antiguamente hecho de piel de cabra, hoy en día de becerro o piel sintética), que sirve de reserva de aire; un puntero (tubo de madera que está conectado con el interior del odre y permite al músico introducir el aire), dos bordones (tubos de madera conectados con el odre que producen un sonido continuado y en cuya extremidad se encuentra una lengüeta simple, la cual vibra gracias a la presión del aire contenido en el odre) y un tubo melódico (caña agujereada de madera donde el músico digitaliza la melodía). Como todas las gaitas, es decir instrumentos provistos de un odre, la impostación de la Piva resulta del equilibrio de la presión del aire en el odre (la función del aire es la de hacer vibrar las lengüetas), por lo que el músico alterna la introducción del mismo aire en el odre con el impulso de su brazo con el que comprime éste último.
Antiguamente el odre se fabricaba con pieles de cabra, hoy en día además de ésta se utilizan el becerro o en algunos casos pieles sintéticas; en cambio para fabricar los demás componentes los tipos de madera más utilizados son el Boj (madera de color claro, muy dura y sonora), el Sorbus (tanto el italiano como el francés: se trata de un tipo de madera más suave, cuya sonoridad es ligeramente inferior con respecto a la del Boj) o el Peral o el Cerezo. Los dos bordones tienen una lengüeta simple (parecida a la de un Clarinete o Saxofón) y emiten la nota sol en el intervalo de una octava acompañando el tubo melódico con este sonido continuo. El tubo melódico (provisto de siete agujeros delanteros y uno o dos traseros) en cambio tiene una lengüeta doble (como el Oboe) y es la parte del instrumento con la que se ejecuta la melodía. La extensión del instrumento es de nueve notas. Cerrando todos los agujeros se emite la subtónica de la tonalidad del instrumento: fa sostenido. A continuación las notas posibles son: sol, la, si bemol, si natural, do, re, mi bemol, mi natural, fa natural, fa sostenido, sol y la. El tubo melódico y los bordones son independientes unos de otros; de hecho se puede decidir tocar sólo los bordones, manteniendo una presión inferior en el odre y dejar salir el canto autónomamente, aumentando la presión del aire. Ya que el sonido es emitido de manera constante, la ejecución contempla unas notas adicionales, según el gusto del músico, que no comparecen en la melodía y sirven principalmente de ornamento y para repetir una misma nota
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