Tambores e instrumentos de percusión
Con estos términos nos referimos tanto al tambor de modelo renacentista como a las dos panderetas que tocamos. El primero se utiliza sobre todo para acompañar principalmente las Pivas (especie de gaitas de origen italiano), los Pífanos y las Bombardas. Se parece a un tambor redoblante y está formado por las siguientes partes: una caja de resonancia de madera, en cuya extremidades están tensados los parches en piel de cabra, una bordonera (antiguamente se utilizaban entrañas de animales), que se puede poner o quitar gracias a dos cuñas en madera, y un sistema de bordones y cuero para ajustar el grado de tensión de los parches. Este instrumento se toca con una o dos baquetas y puede generar diferentes timbres según el punto en el que se golpea la membrana.
Por último, las panderetas tienen dos diferentes diámetros y están formadas por un marco de madera sobre el que está tensada una membrana de piel de cabra, golpeada por el percusionista con las manos. Además a lo largo del marco cuelgan unos pequeños platos en metal (ferrañes) que se pueden hacer vibrar o no, según las exigencias de la pieza musical. Las panderetas se utilizan principalmente para acompañar las piezas en las que se tocan las flautas. Todos los instrumentos de percusión, así como lo dicho para el bodhràn, tienen la función de establecer una pulsación rítmica y también la de enriquecer la pieza gracias a los diferentes matices de timbre.
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